sábado, 19 de abril de 2008

Entrevista con motivo de la celebración del Dia Internacional de la Mujer

Denisse Monasterio
“Los impedimentos físicos son sólo eso: físicos”

Con sólo 19 años Denisse Monasterio es una joven estudiante de la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Simón Rodríguez en Barquisimeto. A pesar de un impedimento físico en sus piernas causado por un accidente, posee en su haber medallas y trofeos que ha ganado por su buen desempeño en la práctica de la natación, de la cual dice es su mayor pasión.

¿Actualmente a qué actividades se está dedicando?
En estos momentos estoy bastante atareada, voy a comenzar el cuarto semestre de Administración de Empresas, además estoy trabajando como transcriptora de textos en un café internet. Por supuesto, nunca olvido mi pasión que es nadar, por eso en mis horas libres practico la natación profesionalmente, aproximadamente cada dos meses estoy en competencias regionales y también compito en niveles nacionales. Entre todas estas cosas no tengo tiempo para dormir.

¿A qué se debe su problema físico?
Pues tenía 10 años cuando por un accidente tropecé y caí fuertemente por unas escaleras, el diagnóstico médico arrojó que la cabeza del fémur derecho se había rodado de la cadera, tenía los dos tobillos fracturados y fuertes lesiones en ambas rodillas; a partir de ahí comenzó mi vida en clínicas y hospitales.

¿Cuántas operaciones le han realizado a partir del accidente?
No tengo el número exacto, pero han sido dos veces por los tobillos, luego una para colocar láminas de aluminio en las rodillas; en la cadera llevo ya tres operaciones de las cuales 2 han sido en el extranjero, así que sacando la cuenta van entre seis y siete operaciones. Sin contar los meses en hospitalización por las terapias a las que fui sometida después de estas, ya que me costó bastante volver a caminar y cuando volví a hacerlo fue con muletas, esto por un par de años más o menos, hasta que decidí dejarlas y olvidarme de que tenía ese problema.

¿Qué ha sido lo más difícil que ha tenido que pasar a raíz del accidente? y ¿qué enseñanza le ha dejado?
Al principio, lo más difícil fue el sufrimiento de mis padres y de mi familia. El temor que ellos tenían de que no pudiera volver a caminar. Luego, vivir las operaciones una tras otras por varios años fue traumático y más para una niña de esa edad. Además, fue muy duro acostumbrarse a la mirada indiscreta de otros niños y a veces hasta de adultos al ver que caminas diferente o que tienes que usar un zapato más grande que otro. Pero ahora he madurado, esto ya no es un problema para mí, los impedimentos físicos son sólo eso, físicos. Mientras tenga vida, salud y ganas de echar “pa´ lante” no importa nada más para buscar la felicidad.
¿Qué significa la natación para usted?
Es mi escape del mundo, en el agua me olvido de todo, de problemas, del trabajo, del estrés de la universidad y de la calle. Cuando nado me siento como en casa, creo que en otra vida fui sirena (risas). Me ha ayudado tanto psicológicamente, porque me ha hecho darme cuenta de que soy buena y tengo habilidades para hacer actividades que antes solamente realizaban las personas sin defectos; y además me fortalece físicamente, ya que le da fuerzas a mis huesos por medio del movimiento para que no se atrofien.

¿Cuál ha sido el motor que le impulsó a continuar con tu vida?
Puedo decir que lo más importante que tengo en la vida es mi familia, ellos han sido el principal motor que me impulsa, que me dio y me da las fuerzas para seguir adelante cada día. Mis padres, hermanos, abuelos, tíos y todos en general, me han apoyado en todas las decisiones que he tomado. Creo que la familia es la que hace que una sociedad exista en armonía, mi familia me ha inculcado valores muy marcados como el respeto, la solidaridad y la nobleza, con estos principios en práctica cualquier país puede ser mejor. También pudiera decir que las ganas de superarme me motivan a ser mejor.

Si pudiera dar un mensaje a las personas que como usted padecen un impedimento físico ¿qué le dirías?
Les diría que Dios es el único Ser perfecto. Que todos los seres humanos somos diferentes, unos son blancos otros morenos, bajos o altos, y también existimos personas a las que Dios nos coloca pruebas difíciles porque sabe que las superaremos. Nuestros problemas no son obstáculos, simplemente son oportunidades de volver a vivir y de hacer de nuestra vida algo bueno. También le diría a la sociedad que las personas como yo somos tan iguales a otros que son completamente sanos y que podemos realizar actividades cotidianas sin ningún inconveniente, que les den la oportunidad como me la han dado a mí de trabajar, de pertenecer a un grupo o simplemente practicar un deporte para el cual no los creen competentes.

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