jueves, 4 de diciembre de 2008

La cirugía plástica ¿ser natural o acudir al bisturí?

Es de conocimiento público que actualmente la apariencia personal es muy importante en cualquier campo de la vida, ya que como reza el dicho: “la primera impresión es la que queda”, es por eso que muchas personas, hombres y mujeres deciden “ayudarse” un poco por medio de la Cirugía Plástica, bien sea para verse más jóvenes de lo que son o para lucir un cuerpo esbelto y despampánate.

Ahora bien, hay que diferenciar a la cirugía plástica de la cirugía estética, la primera se realiza cuando una persona nace con alguna deformidad congénita o ha sufrido un accidente, y la segunda es la que se hace con la finalidad de mejorar partes que no son del agrado de ésta. Entonces, existen muchas personas conservadoras que no están de acuerdo con la cirugía estética ya que piensan que la vejez hay que llevarla con orgullo y que no hay nada mejor que ser completamente natural.

La cirugía plástica no es un tema meramente moderno, ya que se realiza desde hace varios años, sin embargo, lo que ha hecho que se incremente considerablemente el número de operaciones que se realizan en el mundo son la proliferación de clínicas, así como la publicidad que nos muestra cuerpos esculpidos, y hermosas facciones femeninas y masculinas, esto según Ivón Castillo, cosmetóloga experta en belleza y tratamientos de “Sandra Estética” en San Cristóbal.

La cirugía plástica tiene una función social absolutamente definida. En muchas ocasiones, una lesión en el rostro, una cicatriz, por ejemplo, o una nariz deforme produce al paciente serios traumatismos psicológicos que le impiden desarrollar una vida normal y feliz. Dicen que la fealdad puede convertirse en una enfermedad psíquica. Dice Carlos Ocariz, psicólogo del Hospital Central de San Cristóbal que gracias a la cirugía plástica pueden corregirse muchos defectos corporales, rejuvenecer físicamente a los pacientes, aplicarles injertos o trasplantes de cuero cabelludo para corregir calvicies, mamas hipertróficas o hipotróficas, resecar grandes panículos adiposos en casos de obesidad, corregir cicatrices, corregir arrugas de cara y de manos, inyectar grasa, etc.

Personas que han pasado por el quirófano dicen que la cirugía es de mucha ayuda para mejorar su relación con las resto de la sociedad, ya que les da más seguridad para interactuar y desenvolverse. Cuenta Liliana Bravo, quien se realizó una liposucción tras tener su primer hijo, que luego de la cirugía se sintió mucho mejor con su imagen personal ya que no se veía como una mamá vieja, sino como una moderna, bonita y atractiva. Cree que las cirugías estéticas son para las personas que se sientan capaces de aceptar un cambio casi definitivo en su vida. “Tienen que estar preparadas física y mentalmente para hacérsela sino no estarán satisfechos con los resultados” concluyó Bravo.

Paralelamente, encontramos numerosas personas quienes están en desacuerdo con las cirugías estéticas. Si retrocedemos en la historia encontramos que la Biblia es la primera en hacer referencia a la belleza. De todos es conocida la mítica belleza de las reinas del antiguo Egipto y cómo los egipcios embalsamaban a sus faraones.

El doctor Carlos Jaime, especialista en cirugía plástica, estética y reparadora, opina que la cirugía es, fundamentalmente, una cuestión de salud. Es salud, entendida en el sentido más amplio, la que recuperan las personas a quien un defecto físico o estético condicionaba su bienestar. Pero también es salud la que pierden las personas que tienen la mala suerte de que los resultados de su operación no llenan las expectativas que tenían, sea por un accidente operatorio o porque esperaban más de lo que era posible conseguir.

Agrega Fernández que la cirugía estética no es una cuestión de modas. Es cierto que cada vez es más segura y más sencilla, los resultados más previsibles y los riesgos menores. Pero eso no evita que en algunos casos, y todos hemos sabido de alguno, puedan haber auténticas desgracias. Por eso es tan importante tomársela seriamente, valorando todos sus aspectos, qué es lo que podemos ganar y lo que podemos perder.

Las personas más conservadoras como es el caso de la dermatóloga Ilse D´ Santiago cree que todo esto es culpa de las artistas o modelos todas operadas que vemos en publicidades y en la televisión, en vez de pensar que están muy bien y son las más sexis aunque no es así, ya que esas mujeres arriesgan su salud por meterse silicones en su cuerpo, y en este caso en el busto, hay que pensar que puedes quedar imposibilitada para amamantar a un bebe.

Dice la doctora D´ Santiago que en la actualidad existen numerosos tratamientos alternativos a la cirugía que son muchos menos abrasivos como es el caso de los masajes reductores que suplantan a la liposucción, también en el caso de las arrugas hay procedimientos que tienen los mismos resultados, como los lifting, y que no traen consecuencias negativas para la salud de los pacientes.

En mi opinión creo que cada persona es libre de decidir que es lo que más quiere para sí misma. Si la decisión es realizarse una cirugía estética, tiene que estudiar muy bien qué es lo más conveniente para su cuerpo, con qué especialista se le va a realizar y si está o no apta para hacérsela.

En caso contrario, las personas que están satisfechas con su apariencia personal y no serian capaces de practicarse una cirugía, están en todo su derecho de conservarse por otros métodos, bien sea una sana alimentación o acudiendo al gimnasio, en fin de cualquier manera cada cabeza es un mundo y cada cuerpo lo administra su dueño.

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